La deserción es una problemática que afecta a las Instituciones de Educación Superior (IES) y las Instituciones de Educación para el Trabajo y Desarrollo Humano (IETDH), en estos momentos con la crisis generada por la pandemia del Covid 19 se tiene un panorama mucho más preocupante e incierto, donde según el estudio realizado por La Asociación Colombiana de Universidades (Ascun) los rectores con más de 80 instituciones de todo el país se calcula una deserción entre el 23% y el 25% para el segundo semestre del año es decir se va a duplicar la cifra actual y manteniéndose en cerca del 20% en el 2021.

Desde el 2015 el Ministerio de Educación Nacional ha evidenciado la importancia de implementar una caracterización y conocer diferentes aspectos del entorno del estudiante, para poder anticiparse a sus riesgos reales, lo cual se encuentra recopilado en la herramienta 5 del componente 2 de la cultura de la información de la Guía para la implementación del modelo de gestión de permanencia y graduación estudiantil en instituciones de educación superior, es por esto y por la necesidad de identificar problemáticas y situaciones que afectan a los estudiantes, que son cada vez más las instituciones que cuentan con un proceso para caracterizar sus estudiantes en cuatro componentes (académico, individual, socioeconómico e institucional) e identificar los riesgos que pueden tener desde el primer momento en que ingresan.

Contar con una caracterización de los estudiantes en los diferentes aspectos de su vida y entorno, le permite a la institución brindar apoyos orientados a las necesidades de cada uno, de forma eficiente y pertinente. Esta necesidad fue mucho más evidente cuando en marzo cuando de manera repentina los estudiantes no pudieron regresar a las aulas y solo las instituciones que contaban con este instrumento pudieron identificar fácilmente las variables que más afectaban la permanencia debido a la coyuntura, algunos ejemplos de estas características importantes de identificar son:

1. Los estudiantes que tienen problemas psicológicos y requieren un acompañamiento especial, teniendo en cuenta que según un estudio realizado por Profamilia en diferentes ciudades, el 75% de los colombianos entrevistados ha tenido problemas mentales manifestando episodios de nerviosismo, impaciencia, cansancio e irá debido a la cuarentena y los más afectados con estos síntomas son los jóvenes entre los 18 y 29 años.

2. Los estudiantes que pagan su matrícula con recursos propios provenientes de su trabajo, y requiere que la institución le haga un seguimiento para validar si sus condiciones laborales durante la pandemia cambiaron, esto teniendo en cuenta que según las estadísticas del DANE el desempleo en las ciudades principales aumento 5,2 puntos porcentuales comparados con el periodo de febrero a abril y en las áreas metropolitanas aumento 7,8 puntos porcentuales, comparados con el mismo periodo del año.

3. Los estudiantes que viven con personas mayores de 60 años o tienen alguna enfermedad que pueda complicar su recuperación en caso de contagiarse del virus, tomando como referencia a una institución con cerca de 4.000 estudiantes, tenemos que el 41,32% cumple con la primera característica y el 33,23% con la segunda, con estos estudiantes se hace necesario generar estrategias remotas y acompañamiento constante para el eventual regreso a las aulas que dispuso el Gobierno Nacional en el próximo mes de agosto.

Tener los estudiantes caracterizados hizo que estas instituciones tuvieran la capacidad de tomar acción mucho más rápido, de manera eficiente, optimizando tiempo y recursos, permitiéndoles ofrecer los apoyos de manera organizada y focalizada a los más vulnerables, estando un paso más adelante para lograr índices de deserción más bajos, dándoles una ventaja sobre las instituciones que no cuentan con este instrumento.

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