El Gobierno Nacional anunció el 5 de julio que hay un 76% de probabilidades de la llegada del fenómeno climático de La Niña, de intensas lluvias en el último trimestre del año, e insistió en la necesidad de tomar acciones tempranas de prevención para mitigar sus impactos y fortalecer la capacidad de respuesta ante las emergencias.
Sobre el particular, el docente y coordinador de las especializaciones del área ambiental de la Facultad de Ingeniería del Tecnológico de Antioquia, Andrés Felipe Montoya Rendón, manifestó que lo primero que hay que precisar es que no se trata de un fenómeno, sino de algo cíclico que se repite cada siete años con mayor o menor intensidad.
“Las últimas inundaciones se dieron en el 2010-2011, hace cerca de cinco o seis años. Se debió a un ciclo, el de La Niña Oscilación del Sur – ENOS, pues la naturaleza es completamente cíclica con períodos de retorno, de inundaciones y desbordamientos de las fuentes hídricas. El mayor período de retorno de una quebrada o ríos es el de los 100 años. En el 2010, tuvimos la mayor inundación de los últimos 75 años del Río Magdalena. ¿Estábamos prevenidos para eso? No. Sabíamos lo que iba a ocurrir, pero pasó lo que pasó. Nosotros nunca trabajamos la prevención sino cuando ocurren las catástrofes”, precisó el ingeniero ambiental.
Destacó, asimismo, que se cuentan con entidades como el IDEAM, DAPARTD, DAGRD, HIMAT, y las universidades que tienen muy estudiado el tema. Igualmente, con los POT (Planes de Ordenamiento Territorial y los POMCA (Planes de Ordenamiento y Manejo de Cuencas Hidrográficas), en los cuales se tiene regulado completamente el territorio mientras que los municipios disponen de sus sistemas de Alertas Temprana y Planes de Gestión del Riesgo. “Entonces, se sabe hasta dónde es la llanura de inundación de una quebrada o río, es decir, hasta donde se pueden desbordar. Lo que hay que hacer es implementar, poner en marcha esos planes, dejar de construir en esas llanuras de inundaciones para evitar todos los problemas que se tuvieron en el 2010-2011, cuando se presentó el mal llamado fenómeno de La Niña”, agregó.
Puso de presente que “si los Incas, hace más de 600 años, aprovechaban estos cambios meteorológicos para sus cultivos y riegos, sin la tecnología de hoy en día, ¿porque no la aprovechamos nosotros? Hay problemas con los monocultivos, mayor población y las personas construyen al lado de los ríos porque en Colombia nos gusta el riesgo y, lamentablemente, son comunidades que esperan las inundaciones para recibir aportes del Gobierno. Del mismo modo, un alcalde que no tiene recursos, declara una urgencia manifiesta por equis o ye razón y le empiezan a llegar las partidas, que, lastimosamente en algunos de los casos, era lo que buscaba”.
Reiteró que no se trata de un fenómeno sino ciclos del Niño y La Niña (Oscilación del Sur – ENOS) que son repetitivos. Que, mientras con La Niña se van a tener altas precipitaciones en Suramérica, en Indonesia, va a ocurrir lo contrario. Y, en el caso del Niño, se tendrán grandes sequías en Suramérica, pero altas precipitaciones en Indonesia. El Niño es sequía para los colombianos, pero precipitaciones para los asiáticos y la Niña, precipitaciones para los colombianos, pero sequía para los asiáticos.
El docente precisó, de otro lado, que en el Atlántico hay vientos entre agosto y noviembre del Atlántico Norte que se juntan con los del Atlántico Sur y producen los huracanes: “No es un fenómeno, eso ocurre a veces con gran intensidad como en el caso del Katrina, en New Orleans en el 2005. Son ciclos que a veces llegan con mayor o menos intensidad, cada año, pero cada siete llegan con más ímpetu. Después de una larga sequía, vienen altas precipitaciones”.
De acuerdo con las autoridades, la probabilidad de ocurrencia de La Niña se encuentra en el 76% y para consolidarse debe darse el enfriamiento de las aguas del Océano Pacífico por debajo de lo normal con una temperatura de -0.5 grados Celsius durante un período de cinco meses consecutivos y el fortalecimiento de los vientos alisios. De estas variables depende la instalación de La Niña a finales de 2016 o comienzos de 2017. “Pero va a venir, no sabemos con qué intensidad, pero todos los años va a ocurrir; los vientos, las corrientes marinas, están yendo y viniendo. Vientos alisios acá, monzones en Asia. El Pacífico Sur se mantiene en movimiento constante”, apuntó Montoya Rendón.
En la Facultad de Ingeniería del Tecnológico de Antioquia, el tema es materia de estudio, tanto en la Tecnología Agroambiental, como en la Ingeniería Ambiental y la especialización en Prevención y Atención de Desastres Naturales y, según su coordinador, prontamente se ofertará la maestría en Gestión del Riesgo. Se está a la espera de la visita de pares del Ministerio de Educación Nacional y se confía en disponer de ella para el próximo semestre.
Tecnológico de Antioquia
Medellín, 13 de julio de 2016
Oficina de Comunicaciones